La felicidad radica, ante todo, en la salud.
(George William Curtis)

La salud es la unidad que da valor a todos los ceros de la vida.
(Bernard Le Bouvier de Fontenelle)

No cambies la salud por la riqueza, ni la libertad por el poder.
(Benjamin Franklin)

La felicidad para mi consiste en gozar de buena salud, en dormir sin miedo y despertarme sin angustia.
(Françoise Sagan)

Vértigo

¿Qué es el vértigo fisiológico?

El vértigo fisiológico se produce en individuos sanos cuando hay un desequilibrio entre los sistemas vestibular, somatosensorial y visual. Es una sensación de falta de estabilidad o de desconocer cuál es nuestra situación en el espacio, con sensación de giro de objetos y que suele ir acompañada de náuseas, vómitos, y falta e inestabilidad para la marcha. Aparece ante determinadas situaciones como son el movimiento giratorio de la cabeza, situaciones de ingravidez, altura o balanceo del automóvil.

¿Qué es el vértigo patológico?

El vértigo patológico se desencadena cuando hay un desequilibrio en el sistema vestibular por una alteración dentro de las vías vestibulares, desde el oído hasta la corteza cerebral. Habitualmente se produce por alteraciones en el laberinto, órgano del equilibrio localizado en el oído interno. En este caso se trata de vértigo de origen periférico.

Ocurre también cuando existen alteraciones del nervio craneal o de los núcleos del cerebro donde se procesa la información que envía este nervio, tratándose de un vértigo central.

El vértigo patológico puede clasificarse en vértigo visual, somatosensorial (por neuropatía periférica) y vestibular (periférico, central).

El vértigo visual está originado por diplopía secundaria a paresia súbita de un músculo intraocular y también por defectos de refracción de la vista corregidos por lentes con nueva o incorrecta graduación.

¿Cuáles son las principales causas del vértigo?

Entre las principales causas se encuentran:

Infecciones de oído medio e interno
Los traumatismos en la cabeza
Algunos virus
Medicamentos
Falta de riego sanguíneo
Tumores del nervio acústico
Desconocidas


¿Cómo se diagnostica?

Ante un vértigo lo primero es intentar averiguar si es:

Periférico (oido medio, laberinto, coclear, VIII par craneal),
Central (cerebro, cerebelo, protuberancia)
Sistémico (fármacos).

¿Cómo se explora el vértigo?

Incluye una exploración básica:

Exploración general que debe incluir: una cuidadosa atención al sistema cardiovascular (arritmias).
Estudio de la marcha.
Test de Romberg.
Exploración neurológica completa, pares craneales, cerebelo.
Nistagmus (horizontal, vertical, rotatorio, mixto). Dirección de la fase rápida, vértigo asociado y agotamiento o no en la respuesta.
Otoscopia y escuchar el tic-tac de un reloj, la voz y el roce de los dedos (son tres frecuencias básicas).

Otras pruebas complementarias que se realizan son las siguientes
Medición de la tensión arterial, electrocardiograma.
Sistemático de sangre y glucemia.
Cuantificación de hormonas tiroideas en algunos casos.
Audiometria.
Electronistagmometria.
Electroencefalograma.
Pruebas de imagen craneal (TAC, RM con y sin Gadolinio).

¿Cuáles son las principales causas y características vértigo periférico?

Las enfermedades del oído medio afectan a veces al laberinto. Comprobar si hay otitis y otras anormalidades de la membrana del tímpano.Un exceso de cera en el oído puede causar vértigo. Aquí incluiríamos también el colesteatoma, la otosclerosis en el anciano, el herpes zoster del ganglio geniculado (Ramsay-Hunt). Su diagnóstico se realiza por la clínica, otoscopia y audiometría.

La neuronitis vestibular también llamada laberintítis aguda (vértigo epidémico), es la causa más frecuente de vértigo en medio ambulatorio y sería el ejemplo típico de vértigo periférico. Aparece en jóvenes o a cualquier edad y precedido a veces de un cuadro viral.

No existe sordera, tinnitus ni signos centrales, suele haber nistagmus espontáneo hacia el oído sano. La prueba calórica reproduce el vértigo y es asimétrica. Se acompaña además de náuseas suele tener un comienzo brusco, durar horas (hasta varios días) y agravarse, como todos los vértigos, con los movimientos. Las laberintitis agudas suelen ser secundarias a infecciones por bacterias o virus. El ataque no es tan corto como en la enfermedad de Menière.

La enfermedad de Menière (vértigo laberíntico crónico), presenta una tríada característica: vértigo, tinnitus y sordera unilateral.El mecanismo es probablemente la hinchazón del espacio endolinfático con destrucción de las células sensitivas de la cóclea y la ampolla. Antes de que el vértigo aparezca, existe tinnitus e hipoacusia oscilante de meses o años de duración. La enfermedad evoluciona por brotes. El ataque en sí mismo es violento, con náuseas y vómitos, sudores y sordera. El nistagmus está presente sólo durante el ataque, y la dirección puede variar. Afecta a pacientes de edades comprendidas entre 30 y los 60 años. Va acompañado de tinnitus y sordera residuales después de múltiples ataques. El vértigo dura de una a dos horas. El tratamiento incluye sedantes, antihistamínicos y antieméticos durante el ataque. Profilácticamente, algunos usan diuréticos y restricción de sodio.

El vértigo posicional paroxístico benigno, o vértigo episódico transcurre cuando el paciente gira la cabeza o cambia de posición. Puede ser reproducido, presenta nistagmus posicional (ver arriba). No hay hipoacusia, los test calóricos son normales, y el trastorno es autolimitado tiene duración corta (segundos, minutos). Más frecuente en mujeres, es idiopático y puede deberse a formación de otolitos en utrículo y sáculo.Todos los vértigos empeoran con los cambios posicionales.

¿Qué otras causas de vértigo sistémico existen?

Fármacos y tóxicos
Ácido acetil salicílico
Quinina (cinconismo)
Aminoglucósidos
Furosemida
Hidantoinas
Quimioterapia (Mostazas nitrogenadas, Cisplatino)
Opiáceos
Alcohol
CO (monóxido de carbono)
Vértigo sicógeno, ansiedad
Neurosis de conversión
Agorafobia
Hiperventilación
Anemia severa
Mixedema. Se produce vértigo por retención de líquidos a nivel vestibular simulando a veces laberintitis.
Diabetes. Se han descrito vértigos en diabéticos posiblemente relacionados con mononeuropatía diabética.
Vértigo idiopático. Ocasionalmente, después de una evaluación cuidadosa, el vértigo se etiqueta como idiopático. En estas circunstancias, un tratamiento sintomático y cuidadoso siguiendo la evolución del paciente es la única medida a tomar por el médico.
Vértigo en niños
Epilepsia temporal
Neuronitis vestibular
Jaqueca
Psicógeno
Secuela de traumatismo o meningitis
Sordera congénita
Esclerosis múltiple
Tumores de fosa posterior (meduloblastoma, astrocitoma quístico).

Vértigo agudo y episódico:

los ataques se producen súbitamente, dura pocas horas y desaparece espontáneamente para presentarse un tiempo después. Una causa frecuente de este tipo vértigo es la enfermedad de Meniere en la cual el episodio es tan intenso que la persona debe guardar reposo absoluto en cama y en una habitación oscura. Hay sensación permanente de náusea, taponamiento de los oídos y, si se observa detenidamente, se verá que existe un movimiento rápido e incontrolado de los ojos (esto es llamado nistagmus).
Más adelante, en la crisis de Meniere, además del vértigo presentará pérdida o disminución de la capacidad auditiva (hipoacusia) o distorsión de los sonidos; también referirá que antes, a la aparición del ataque, observó luces centelleantes alrededor de los objetos que él enfocaba. La causa de la enfermedad de Meniere es la alteración en el contenido del líquido presente en los canalículos del oído interno, canalículos que participan en el mecanismo del equilibrio.

Vértigo súbito

Más persistente que el anterior y que disminuye gradualmente con el tiempo (semanas o meses); aquí no hay alteración de la capacidad auditiva. Es frecuente que la causa sea una inflamación del laberinto (laberintitis aguda), estructura localizada en el oído interno, y habitualmente causado por una infección viral. En la medida en que el proceso infeccioso cede, el vértigo va desapareciendo.

Vértigo postural benigno

Bastante frecuente e inducido por los cambios bruscos de posición del tronco y la cabeza: como cuando la persona se encuentra acostada con la cabeza inclinada hacia la izquierda o derecha y trata de levantarse rápidamente; la molestia puede persistir por semanas y hasta meses. Generalmente la causa yace en una alteración estructural del oído debido al deterioro causado por la edad aunque en otras oportunidades la causa es desconocida.

Vértigo persistente con un desarrollo lento pero progresivo

Es debido a una enfermedad cuya gravedad va incrementándose con el tiempo. Una causa frecuente son los tumores que comprimen el nervio auditivo; igualmente las meningitis que generan la misma compresión. Otras enfermedades crónicas que inducen el vértigo persistente son la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, la arteriosclerosis generalizada y los traumatismos craneanos.

¿Cuál es su tratamiento?

En la mayoría de los casos se utilizan medicamentos antihistamínicos, anticolinérgicos, y antieméticos. Los más frecuentes son la Betahistina (Fidium®), la Tietilperazina (Torecan®) y el Sulpiride (Dogmatil®).

Cuando el cuadro es muy intenso se realizan tratamientos quirúrgicos, con drenaje de la linfa mediante incisiones en el laberinto, la laberintectomía y otras veces la sección de nervio auditivo y vestibular.






En aquellos casos en los que el vértigo es causado por un trastorno permanente de la estructura del oído interno, el cerebro se adaptará a los cambios y la sensación irá disminuyendo con el tiempo. Su médico le enseñará ejercicios posturales que le ayudan a controlar el vértigo. Uno de estos se muestra en la siguiente imagen

Posición 1: el paciente está sentado en la cama con los pies al piso.
Posición 2: Gira la cabeza hacia izquierda y se acuesta rápidamente sobre su lado derecho (la cara sigue mirando a la izquierda)
Posición 3: nuevamente se sienta rápidamente quedando la cara mirando al frente
Posición 4: gira la cabeza a la derecha y se acuesta rápidamente sobre su lado izquierdo (la cara sigue mirando a la derecha)
Este ejercicio debería realizarlo 2 ó 3 veces en el día.

En los casos de vértigo transitorio existen medicamentos que ayudan a sortear la etapa aguda, y en la enfermedad de Meniere el objetivo de los medicamentos será aliviar los síntomas durante el ataque agudo y como profilaxis para evitar otras crisis. Se utilizan los antieméticos (anti nauseosos) como la cinarizina que, además, provocan sedación y somnolencia que pueden ayudar a controlar la ansiedad generada por la enfermedad, pero debería tenerse precaución en las personas de avanzada edad pues los efectos secundarios de estos medicamentos pueden producir caídas y el riesgo de fracturas en ellos está elevado. Otros medicamentos utilizados son los ansiolíticos (eliminadores de la ansiedad).
En algunas situaciones se recomienda la toma de diuréticos, especialmente en la enfermedad de Meniere. Otra sustancia de uso frecuente son los anticálcicos como la flunarizina, el nimodipino o la betahistina que ayudan a prevenir las recurrencias de los episodios. El tratamiento quirúrgico se reserva para un grupo pequeño de pacientes con enfermedad de Meniere, en que los síntomas son tan severos que producen incapacidad y no mejoran con el tratamiento medicamentoso; además, los casos en que los tumores son responsables de los síntomas es evidente que el tratamiento debe ser quirúrgico, por lo menos cuando esto sea posible.

Pólipos intestinales

La mayoría de pólipos no son peligrosos, ya que son benignos, es decir, que no son cáncer. Sin embargo, con el tiempo, algunos tipos de pólipo pueden convertirse en cancerosos. En general, los pólipos que tienen un tamaño menor que un guisante no son peligrosos, pero los pólipos grandes sí que pueden convertirse en un cáncer más adelante, o son un verdadero cáncer de pequeño tamaño. Es por esta razón que los pólipos del colon deben ser extirpados y analizados por el médico.

Cualquier persona puede tener pólipos en el colon, pero ciertas personas tienen una probabilidad mayor que otras. Los factores de riesgo no modificables que producen una mayor probabilidad para tener pólipos de colon son los siguientes:

Edad superior a los 50 años; cuanto más avanzada sea la edad, mayor es la probabilidad de desarrollar pólipos
Si se han tenido pólipos anteriormente
Si hay familiares de primer grado que tienen pólipos
Si hay familiares de primer grado que tienen cáncer de colon
Entre los factores de riesgo modificables que aumentan la probabilidad de padecer pólipos de colon se encuentran los siguientes:

Consumo elevado de alimentos ricos en grasas
Tabaquismo
Consumo excesivo de alcohol
Sedentarismo
Obesidad
Síntomas

La mayoría de pólipos no producen síntomas. Con frecuencia, las personas no saben que tienen un pólipo hasta que el médico encuentra uno durante una revisión del colon o cuando se realiza alguna otra exploración de imágenes abdominales.

En otras ocasiones los pólipos sí que producen síntomas, como los siguientes:

Hemorragia por el ano, lo que suele advertirse por la presencia de sangre en la ropa interior o en el papel higiénico tras la evacuación intestinal
Estreñimiento o diarrea que duran más de una semana
Sangre en las heces, que puede verse como estrías rojas en las heces o por unas heces de color negro
Ante la presencia de cualquiera de estos síntomas, no dude en consultar con el médico para identificar su causa.

Diagnóstico

El médico puede empelar cuatro pruebas exploratorias para confirmar o descartar la presencia de pólipos en el colon:

Tacto rectal. Para ello el médico introduce un dedo enguantado por el ano del paciente para ver si se nota algo anormal. Esta exploración solamente detecta pólipos en la zona del recto, de manera que puede ser necesaria la realización de otras pruebas para encontrar pólipos más al interior del colon.
Enema de bario. A través de la introducción de un líquido con un medio de contraste, el bario, por el ano y el empleo de radiografías del abdomen, pueden localizarse los pólipos en el intestino grueso.
Sigmoidoscopia. Con este método puede verse el interior del intestino grueso, en concreto su último tercio, gracias a la introducción de un tubo fino y flexible, llamado sigmoidoscopio, que incorpora una luz fría y una cámara de vídeo.
Colonoscopia. Es un método similar a la sigmoidoscopia, pero permite visualizar todo el intestino grueso. Normalmente requiere la sedación del paciente para hacer más confortable la exploración.
Cualquiera de estas exploraciones en busca de pólipos debe ser realizada en personas que:

Tienen síntomas
Tienen más de 50 años de edad
Alguno de sus familiares de primer grado tienen pólipos o cáncer de colon

Tratamiento

El tratamiento definitivo de los pólipos es su extirpación. En ocasiones esto puede hacerse al mismo tiempo que la sigmoidoscopia o la colonoscopia. Otras veces es preciso realizar la intervención quirúrgica a través del abdomen. Todos los pólipos se analizan por si en realidad fueran un cáncer.

Una vez detectado y extraído un pólipo, suele ser necesaria una programación de visitas de seguimiento periódicas a lo largo del tiempo para controlar la evolución de la enfermedad.

Prevención

No se conoce ningún método preventivo definitivo, pero sí se conocen formas de reducir el riesgo futuro de tener pólipos en el colon:

Aumentar el consumo de frutas, verduras y alimentos pobres en grasa
Dejar de fumar
Evitar el consumo excesivo de alcohol
Realizar ejercicio diariamente
Perder peso si hay sobrepeso u obesidad
Comer alimentos ricos en calcio y ácido fólico. Son alimentos ricos en calcio la leche, el queso y el brócoli. Son alimentos ricos en ácido fólico las legumbres y las espinacas.
El empleo de aspirina como analgésico, antiinflamatorio y antitérmico parece ofrecer protección frente a la aparición de pólipos y de cáncer de colon. medicinaXXl


La piel en la infancia y adolescencia

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La prevención es clave para evitar tumores ya que la mayor parte de la exposición solar se concentra en los primeros 18 años.

Con el fin de prevenir los tumores de piel en niños y adolescentes, los pediatras de atención primaria insisten cada verano en la necesidad de usar protección solar. En España, entre los años 1991 y 2000, el índice de mortalidad por melanoma superó al del resto de países europeos. Por este motivo, los especialistas recuerdan que las medidas preventivas son fundamentales.

La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) y la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) advierten del peligro potencial que conlleva una exposición al sol prolongada. Produce quemaduras, foto-sensibilidad y dermatitis a corto plazo, así como envejecimiento cutáneo, cataratas, alteraciones inmunológicas y cáncer, a largo plazo. Los especialistas destacan que, desde 1991 hasta 2000, España registró un incremento del índice de mortalidad por melanoma que colocó al país por delante del resto de Europa.

En estos días de calor, conviene recordar que la cantidad de radiación solar UVA y UVB que alcanza la superficie de la Tierra depende de la latitud, la altitud (mayor irradiación con la proximidad al Ecuador y a alturas elevadas), la hora del día (mayor intensidad entre las diez de la mañana y las cuatro de la tarde), la nubosidad y el estado de la capa de ozono.

Un problema muy cercano

El melanoma es el más peligroso de los tumores y, si no se trata de manera adecuada, su pronóstico es grave

En la actualidad, los tipos de cáncer más frecuentes entre la población española son los que afectan a la piel. La AEPap y la SEPEAP insisten en la relación causal entre las radiaciones solares y el riesgo de padecer cánceres cutáneos. "Su aparición se relaciona con la exposición a los rayos solares durante largos períodos de tiempo y exposiciones intermitentes e intensas, que causan quemaduras", explica Susana Méndez, pediatra de la AEPap.

Los tumores de la piel se dividen en dos tipos: melanomas y tumores no melanomatosos, constituidos por carcinomas espinocelulares y basocelulares. El melanoma es el más peligroso. Si no se trata de manera adecuada, su pronóstico es grave. En España es uno de los cánceres emergentes entre la población de raza blanca. Se ha constatado un incremento más intenso del índice de mortalidad que en el resto de países europeos. El aumento en el número de muertes en la pasada década se acercó al 3% en el caso de los hombres y al 1,8%, en el de las mujeres.

España ocupa el decimosexto lugar en orden de frecuencia tumoral para hombres y el décimo para mujeres. En este tipo de cáncer, lo más importante es la prevención. Sobre todo, hay que evitar que los rayos solares dañen la piel de los más jóvenes, puesto que la mayor parte de la exposición solar de una vida se concentra en los primeros 18 años.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo asociados al cáncer de piel son el fototipo, el color de pelo y ojos, la presencia de lunares, los antecedentes familiares y el tiempo de exposición solar. Según la división de Fitzpatrick, se contabilizan hasta seis fototipos diferentes para definir la tendencia de la piel, determinada de forma genética, a la quemadura solar y al bronceado tras una exposición a la radiación ultravioleta. Estos abarcan desde el fototipo I, que no se broncea nunca y se quema siempre, al IV, que se broncea siempre y jamás se quema.

Los fototipos V y VI se corresponden con las razas de piel más oscura, casi insensible a los efectos peligrosos del sol. Los fototipos I y II, en consecuencia, son los que presentan un mayor riesgo de melanoma. El pelo rubio, y más todavía el pelirrojo, se consideran factores de riesgo; al igual que un color de ojos claro y la tendencia a desarrollar efélides (pecas). La presencia en la piel de numerosos lunares (nevus), bien sea por predisposición genética o secundaria a la exposición intermitente durante la infancia, es otro riesgo destacado.

PREVENIR

La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria y la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria recomiendan las siguientes medidas preventivas:

* Evitar una exposición solar excesiva y dar ejemplo a los niños con hábitos adecuados.
* Proteger la cabeza, el cuerpo y los ojos con gorras, camisetas y gafas de sol.
* Procurar estar a la sombra desde las doce del mediodía hasta las cinco de la tarde.
* Aplicarse siempre crema con factor de protección solar 15 o más alto, extenderla 30 minutos antes de estar al sol y volver a aplicarla cada 2 ó 3 horas, después de sudar mucho o tras bañarse.
* Los lactantes menores de seis meses no deben exponerse a la luz solar directa.

Respecto a la fotoprotección, se recomienda: vestir ropa fina que cubra la piel, sombreros de ala ancha y gafas de sol con filtro UV-A y UV-B, y usar fotoprotectores tópicos (cremas), que absorben y/o dispersan la radiación ultravioleta en la piel.

El factor de protección solar (FPS) mide la eficacia de los fotoprotectores. Se calcula a partir de la dosis de radiación ultravioleta que produce un enrojecimiento mínimo en una piel protegida (tras la aplicación de 2mg/cm2 de fotoprotector) y la dosis que causa el mismo efecto en una piel sin proteger.

Desde marzo de 2006, una normativa europea prohíbe comercializar productos cosméticos fotoprotectores sin un nuevo símbolo de información para el consumidor: un tarro con una tapa abierta y un número en el envase. Esta cifra indica los meses que se puede utilizar el producto con una eficacia garantizada.

LA NATURALEZA DE LOS RAYOS

La radiación ultravioleta solar tiene una longitud de onda aproximada de 200-400 nm. Las longitudes intermedias (290-320 nm), conocidas por las siglas UVB, pueden causar quemaduras solares y favorecen la aparición de alteraciones a largo plazo, como el envejecimiento de la piel y los tumores. Las longitudes de onda cortas (320-400 nm), o UVA, no producen quemaduras solares, pero sí reacciones de fotosensibilidad y fotodermatosis (enfermedades producidas o agravadas por energía lumínica).