Anemia
¿Qué es la anemia?
Seguramente Usted sabe que cuando la cantidad de glóbulos rojos está disminuida, puede estar padeciendo anemia. En realidad, Usted está enfermo cuando ese recuento globular da un resultado inferior a determinados parámetros, pero es necesario precisar algunos conceptos:
La anemia puede definirse como la disminución de los glóbulos rojos de la sangre o de su contenido de hemoglobina por debajo de los parámetros normales.
Los glóbulos rojos son un tipo de células flexibles y en forma de disco, componente esencial de la sangre. Su función es tomar el oxígeno al paso de la sangre por los pulmones y transportarlo a todos los tejidos y órganos que lo necesitan para la producción de energía y la supervivencia.
Si Usted está anémico se sentirá muy cansado y falto de energía: efectivamente, todo su organismo carece del oxígeno suficiente para desarrollar su actividad normal.
Los glóbulos rojos a su vez están compuestos por la hemoglobina, una proteína de color rojo -la que da el color característico a la sangre- que captura el oxígeno; ésto explica uno de los síntomas de la enfermedad: la palidez de la piel y las mucosas.
La cantidad de glóbulos rojos se regula no tanto por su período de vida -que es de aproximadamente 120 días- como por su producción. La misma es realizada por la médula ósea, en un proceso muy complejo que requiere de un adecuado aporte nutricional de ciertas vitaminas y de hierro. También participan de este proceso los riñones, segregando una hormona llamada EritropoyetinaA que envía las señales a la médula para la producción de nuevos glóbulos rojos.
En condiciones normales, el organismo produce y destruye glóbulos en forma equilibrada.
Cuando ese aporte nutricional de hierro es insuficiente, la médula no está en condiciones de producir el número adecuado de glóbulos rojos, o los que elabora carecen de la cantidad necesaria de hemoglobina: Usted está enfermo de Anemia.
Sin embargo, si su alimentación es pobre en hierro es muy probable que, sin estar aún anémico, su organismo carezca de las reservas de hierro necesarias. Muchos individuos se encuentran en esta situación sin saberlo, atribuyen los síntomas que padecen -fatiga, falta de concentración y memoria- al stress o al exceso de trabajo, e ignoran que su calidad de vida mejoraría notablemente con un simple aporte de hierro. Este estado de bajas reservas de hierro es considerado la etapa previa a la anemia.
¿Cuáles son las causas de la anemia?
La deficiencia de hierro motivada por carencias nutricionales es la principal causa de anemia en el mundo, en especial en los países en desarrollo.
Sin embargo, esta patología puede derivar de otras causas, entre las más frecuentes, pueden mencionarse las hemorragias, grandes pérdidas menstruales en las mujeres, las cirugías; suele estar inclusive asociada a otras enfermedades, como el cáncer, artritis reumatoidea e insuficiencia renal. Existen también anemias hereditarias.
Los síntomas y naturalmente el tratamiento están relacionados con esas causas.
Cualquiera de nosotros puede padecer anemia en algún momento de la vida; sin embargo, existen sectores más expuestos a desarrollar anemia por falta de hierro:
-Las mujeres en edad fértil debido a las pérdidas de sangre en las menstruaciones
-Las embarazadas, por el aumento de las demandas de sangre propias de ese estado.
-Los niños y los adolescentes debido a las etapas propias del crecimiento.
-Los ancianos por las dietas inadecuadas e insuficientes o por otras condiciones médicas.
¿Cuáles son las consecuencias de la anemia a largo plazo?
Cuando no es tratada durante un período prolongado puede afectar órganos vitales como el corazón y los riñones, así como también agravar otras enfermedades.
En los niños aún la anemia leve se asocia a retrasos en el crecimiento y el desarrollo mental y psicomotor.
En la embarazada la anemia severa puede afectar al niño, provocando insuficiente peso al nacer, partos prematuros e inclusive pérdida del embarazo. El importante causa de mortalidad y morbilidad materna e infantil.
Anemia y especialidades médicas.
La anemia es tratada por distintas especialidades, una primera consulta deberá realizarse con su médico de cabecera, el clínico en el caso de adultos o el pediatra en los niños. También el ginecólogo u obstetra controlan la situación de la embarazada con respecto a la anemia.
Dado que la anemia se presenta además asociada a otras enfermedades, es considerada por los respectivos especialistas médicos, por ejemplo los nefrólogos y los oncólogos.
De todos modos, y dado que la anemia es una enfermedad de la sangre, la especialidad por excelencia que se ocupa de ella es la hematología.
Análisis para la detección de anemia.
Se debe hacer un análisis de sangre. La determinación habitual es el hemograma, mediante el cual se establece la cantidad de glóbulos rojos, el nivel de hemoglobina, y el hematocrito. Se deberá incluir también la ferritina sérica, para conocer el nivel de los depósitos de hierro del organismo (de este modo se puede actuar en forma preventiva, evitando la anemia). Un estudio completo comprende también indicadores del transporte de hierro en el organismo, como la saturación de transferrina y la protoporfirina.
¿Cómo tratar la anemia?
El tratamiento estará relacionado con la causa de la anemia: es preciso identificarla para dar con el tratamiento adecuado.
La anemia ferropénica se trata con una suplementación de hierro.
Su médico determinará la dosis y la duración del tratamiento. Este último aspecto tiene particular importancia, ya que la toma del medicamento debe prolongarse más allá del momento en que el nivel de hemoglobina se normaliza, para asegurarse que sus depósitos de hierro alcancen niveles aceptables. Esto es fundamental para que el tratamiento sea eficaz y Usted sane realmente, evitando una recaída.
Existen diversas maneras de suministrar hierro al paciente anémico o deficiente de hierro:
1. Por vía oral (en comprimidos, gotas, ampollas bebibles o jarabes)
2. Por vía inyectable, intramuscular o endovenosa, constituyendo esta última una forma rápida y eficaz de tratar el síndrome anémico.
Algunos preparados de hierro producen efectos colaterales desagradables, tales como vómitos, dolores de cabeza, constipación y tinción de dientes.
A fin de evitar estas complicaciones, consulte con su médico para que le prescriba un producto que le asegure una buena aceptación y tolerancia.
El hierro está contraindicado en ciertos casos, por ejemplo si Usted está sufriendo un proceso infeccioso severo. Su médico le indicará en qué momento corresponde iniciar el tratamiento.
Anemia en niños y adolescentes
La anemia y la deficiencia de hierro son patologías habituales y frecuentes en los niños y adolescentes.
Si bien hay diversos tipos de anemia, que se identifican por sus causas, la de mayor frecuencia en el mundo y en la infancia es la denominada ferropénica o anemia por déficit de hierro.
Existe además un estado de deficiencia latente de hierro, que no llega propiamente a ser anemia manifiesta pero que provoca daño a nivel de órganos y tejidos.
La anemia y la deficiencia de hierro son problemas muy graves que perjudicarán el desarrollo y la vida de su hijo.
Mediante diversos estudios científicos han sido comprobadas las consecuencias de estas patologías durante los primeros años de vida del niño:
· Afectan la actividad cerebral y la capacidad cognoscitiva, inclusive el desarrollo del lenguaje.
· Perjudican también el desarrollo motor y la coordinación.
· Se ha comprobado una diferencia de 5 puntos en el coeficiente intelectual de niños anémicos, lo que en determinados niveles, puede comprometer su desarrollo y competitividad futuros.
Estos inconvenientes en el proceso de crecimiento y capacidades mentales y cognoscitivas, persistieron aún después de haber corregido la anemia, cuando luego de varios años se los comparó con niños que nunca la habían padecido.
En niños mayores los daños de estas patologías se relacionan con la falta de energía y la fatiga que las caracteriza:
-Afectan el rendimiento escolar y en consecuencia el aprendizaje.
-Provocan efectos psicológicos y en el comportamiento: falta de atención, irritabilidad, inseguridad.
-Determinan disminución en la actividad física.
¿Por qué la anemia es tan frecuente en niños y adolescentes?
Porque su cuerpo necesita muchísimo hierro para crecer y desarrollarse.
Por eso cualquier niño puede padecer anemia o déficit de hierro, sin embargo los sectores de mayor riesgo son:
-Los niños menores de dos años, ya que en este período el crecimiento es muy acelerado, y al mismo tiempo la alimentación que suelen recibir no les aporta la cantidad de hierro que necesitan. En los primeros doce meses de vida el bebé triplica su peso corporal, y los depósitos de hierro que ha formado durante la gestación le alcanzan sólo hasta aproximadamente los cuatro meses.
-Los adolescentes, porque también en este período aumenta el crecimiento en forma considerable, y la alimentación no aporta la cantidad necesaria de hierro; las mujeres son especialmente propensas a padecer anemia debido a las pérdidas de sangre por la menstruación.
-Ciertos parásitos intestinales, tan frecuentes en los niños, suelen favorecer o provocar anemia.
¿Puede prevenir la anemia por deficiencia de hierro?
1. La prevención se inicia con el control de la salud en el embarazo, ya que el niño nacido de una madre anémica tiene mayor riesgo de padecer esta enfermedad durante su primer año.
2. En los primeros meses de vida: la mejor alimentación para el bebé es la lactancia materna, ya que la absorción del hierro contenido en esta leche es superior. El niño menor de seis meses no debe ser alimentado con leche de vaca: su digestión no es adecuada y puede producir una enfermedad que ocasiona la pérdida de glóbulos rojos por vía intestinal, provocando o favoreciendo la anemia.
3. Sin embargo, el lactante -y en general el niño hasta los 24 meses- no ingiere la cantidad de hierro que su organismo necesita, por eso el pediatra le prescribirá en forma preventiva un suplemento de hierro en la dosis y en el momento adecuados.
4. Una de las maneras más acertadas para la prevención de la deficiencia de hierro y la anemia es una correcta alimentación, que contenga alimentos ricos en hierro: las carnes rojas y las vísceras, en menor medida las carnes blancas; si bien existen también vegetales que aportan hierro, como el brócoli, la espinaca, las lentejas, su absorción por el organismo es reducida. Algunas combinaciones de alimentos son positivas: aquellos ricos en vitamina C, como los cítricos, favorecen la absorción.
5. Otras medidas importantes de prevención son: el tratamiento periódico de la parasitosis intestinal, ya que algunos parásitos provocan pérdida sanguínea a nivel intestinal o se alimentan de sangre, así como el tratamiento oportuno de las infecciones.
¿Cómo saber si su hijo está anémico?
El diagnóstico de la anemia es simple: se practica un análisis de sangre, para determinar la cantidad de glóbulos rojos y la hemoglobina.
Es importante que además del hemograma se determine el nivel de ferritina sérica, que indica el estado de los depósitos de hierro, ya que el tratamiento cuando éstos están disminuidos puede prevenir la anemia manifiesta.
Se debe también establecer la causa: la historia clínica del niño será importante para que el médico determine la necesidad de otros análisis con el fin de comprobar la existencia de aquellas patologías que la provocan o favorecen.
¿Por qué es tan frecuente en las mujeres?
En la mujer en edad fértil es muy frecuente la anemia ferropénica, o sea por falta de hierro, debido a una pérdida de sangre menstrual más abundante que lo habitual. Al ser una anemia de lenta instalación la paciente presenta muy pocos síntomas hasta que los valores hematológicos son muy bajos. La anemia ferropénica se produce cuando hay una disminución de la cantidad total de hierro del organismo que es de aproximadamente 3 a 4 gr. Inicialmente disminuyen los depósitos y luego comienza a limitarse la producción de hemoglobina lo que lleva a la anemia.
Por eso, la mujer en edad fértil que presenta anemia debe ser indagada sobre sus ciclos menstruales, los que suelen presentar alteraciones que producen un sangrado abundante (hipermenorrea). De todos modos no debe omitirse el estudio del tubo digestivo en busca de pérdidas. Por ejemplo, debe indagarse el color de la materia fecal. La melena, sangrado de la parte alta del tubo digestivo, produce deposiciones de color negro como alquitrán. La mujer anticoagulada y la costumbre de usar indiscriminadamente aspirina, pueden ser sus causas.
Anemia y tercera edad
La Anemia puede afectar en gran medida a los mayores. Diversos estudios han demostrado que la prevalencia de anemia sube luego de los 65 años, pudiendo llegar a índices del 40%.
La fatiga, la falta de concentración, los mareos y otros efectos de la anemia pueden contribuir a la pérdida de independencia de los mayores, afectando su calidad de vida.
Las razones que propician la aparición de este problema en esta etapa son múltiples, entre las más frecuentes se mencionan:
Las enfermedades crónicas, que predisponen a un descenso de la cantidad de glóbulos rojos, como las afecciones reumáticas, deficiencia cardíaca, diabetes, insuficiencia renal.
La deficiencia de hierro, causada por una alimentación incompleta, o por pérdidas de sangre, con frecuencia no detectadas. A veces por problemas masticatorios (falta de piezas dentales) o por otros motivos, los mayores no se alimentan adecuadamente, en particular, no consumen la cantidad necesaria de carnes rojas, que son la principal fuente de hierro. En algunos casos la carencia de este mineral deriva de un problema en la absorción del mismo.
La anemia es considerada una enfermedad oculta y silenciosa, porque es lenta, gradual, y progresiva en su aparición. Quien la sufre se acostumbra a vivir con ella.
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