La felicidad radica, ante todo, en la salud.
(George William Curtis)

La salud es la unidad que da valor a todos los ceros de la vida.
(Bernard Le Bouvier de Fontenelle)

No cambies la salud por la riqueza, ni la libertad por el poder.
(Benjamin Franklin)

La felicidad para mi consiste en gozar de buena salud, en dormir sin miedo y despertarme sin angustia.
(Françoise Sagan)

"Drunkorexia" y "diabulimia", nuevos desórdenes alimentarios


No comer durante horas, o hacerlo en pequeñas cantidades para compensar las calorías ingeridas por el consumo de bebidas, es un trastorno alimentario cada vez más extendido entre los jóvenes.
Son diversas las publicaciones que difunden nuevos términos dentro del léxico de los desordenes alimentarios. Es el caso de la "drunkorexia", que se entiende como una abreviación de una serie de conductas desequilibradas como dejar de comer para compensar las calorías ingeridas tras el consumo de alcohol. También nueva es la palabra "diabulimia", un problema de la conducta alimentaria al alza entre chicas diabéticas, que utilizan la condición de la disciplina alimentaria que exige su enfermedad para tratar de perder el máximo peso.

Las noticias sobre las manías y las obsesiones de muchos personajes famosos con las comidas que se decantan por el consumo exclusivo de alimentos orgánicos y libres de aditivos despertaron en su día el interés por un nuevo trastorno alimentario que fue acuñado con el término de "ortorexia", entendido como la obsesión por la comida sana. A la obcecación por conseguir un cuerpo musculoso detrás de horas y horas de ejercicio intenso también se le puso un nombre, la "vigorexia".

Ahora son diversas las publicaciones, blogs y páginas webs que difunden nuevos vocablos que se incluyen dentro del léxico de los desordenes alimentarios. Es el caso de la "drunkorexia" que, sin ser la denominación médica oficial del trastorno, abrevia una serie de comportamientos insanos como dejar de comer para compensar las calorías ingeridas tras el consumo de alcohol. Reciente es también el término de "diabulimia", un creciente problema de la conducta alimentaria entre chicas diabéticas, que utilizan la condición de la disciplina alimentaria que exige su enfermedad para tratar de reducir el máximo peso.

"Drunkorexia": no comer para beber

El hecho de seguir una dieta de adelgazamiento supone considerar todos aquellos alimentos que, por su elevada carga energética, se han de limitar con el fin de darle al cuerpo las calorías que precisa pero no más. Además de los consabidos dulces y snacks energéticos (patatas fritas y similares), el dietista-nutricionista, a la hora de planificar una dieta sana, también sugiere poner un límite al consumo de bebidas azucaradas y bebidas con alcohol.

Al reconocido perjuicio para la salud del consumo desmesurado de alcohol se suma el aporte de energía (calorías) de todas aquellas bebidas alcohólicas. Un gramo de alcohol o etanol aporta 7 kilocalorías. Con ayuda de una fórmula para sencilla determinar los gramos de alcohol exactos de cada bebida y de unas tablas de composición de alimentos, se pueden estimar las calorías derivadas del consumo de distintas bebidas.

Así, pues, tomar una lata de cerveza (330 ml) supone al organismo un aporte de alrededor de 110 calorías; un vaso de vino (125 ml), unas 80 calorías; y un combinado supera las 200 calorías. Si se hace dieta, la limitación de tomar cervezas o combinados no suele ser bien admitida por los jóvenes, en general, y por las chicas, en particular, que son las que antes comienzan a querer adelgazar.

La tendencia a dejar de comer durante horas o apenas comer durante el día para compensar las calorías ingeridas con las bebidas se está extendiendo, sobre todo, entre las chicas jóvenes. Varias publicaciones se han hecho eco de este comportamiento insano, y que podría incluirse dentro del grupo de los trastornos de la conducta alimentaria.

"La obsesión con estar delgado y la aceptación social del consumo de alcohol son parte del origen de este grave trastorno de la conducta alimentaria", declaraba Douglas Bunnell, presidente de la Asociación Nacional de Trastornos de la Conducta Alimentaria (National Eating Disorders Association) de Estados Unidos a una publicación estadounidense que trató el tema. Este experto actualmente ocupa el cargo de director de The Renfrew Center, una fundación que engloba a una serie de centros médicos especializados en el tratamiento integral de los trastornos de la conducta alimentaria localizados en distintas ciudades americanas.

"Diabulima"

La diabulimia es una palabra que engloba los términos diabetes y bulimia y la padecen aquellas personas que sufren diabetes tipo 1. Su obsesión por adelgazar les lleva a evitar las inyecciones de insulina que necesitan administrarse para el buen funcionamiento de su organismo con el propósito de reducir su peso corporal. Con esta actitud ponen en riesgo su organismo, ya que sin la administración de la dosis de insulina se corre incluso el riesgo de muerte.

El mecanismo provocado al obviar la insulina es el siguiente, el nivel de azúcar en sangre se dispara, el resultado es la imposibilidad de que las células puedan suministrarse de la glucosa necesaria. La reacción del organismo es expulsar el exceso de glucosa a través de la orina con el propósito de reducir los niveles de azúcar en sangre.

Ante los posibles riesgos originados, los pacientes que sufren diabulimia suelen administrarse una dosis más reducida de insulina, el objetivo es reducir peso y no son inconvenientes los efectos secundarios producidos al no administrarse la insulina necesaria, como puede ser el aumento del hambre o la sed. Los trastornos alimentarios como la diabulimia son enfermedades progresivas que pueden llegar a convertirse en crónicas, las consecuencias de ello son, en ocasiones, fatales.

La diabulimia se diferencia notablemente de otros trastornos en los que es necesario vomitar, ayunar, hacer ejercicio en exceso…, es un trastorno silencioso donde la dieta es prácticamente la misma, sólo es necesario dejar de administrarse la insulina o en su defecto reducir la dosis.

Si el entorno familiar no detecta este problema, poco a poco la diabetes mellitus se hará más evidente y desembocará en una cetoacidosis diabética, una condición extrema y peligrosa donde se producen un gran cantidad de cuerpos cetónicos, compuestos químicos como el acetoacetato, la acetona o el betahidroxibutirato producidos por cetogénesis (proceso metabólico originado en el hígado por oxidación de los ácidos grasos). El resultado son diversas complicaciones que pueden afectar al sistema renal, atrofia muscular, índices de colesterol elevados, ceguera o incluso la muerte.

Como hemos dicho anteriormente, la diabulimia aparece en la adolescencia y se puede detectar a través de un análisis de sangre, la disminución de peso, aunque sea progresiva y lenta, o a través de algo tan sencillo como la carencia de recetas para insulina. La reducción del número de las prescripciones médicas podría ser un signo evidente de sufrir diabulimia.

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