Trabajan también en el desarrollo de células sanas a partir de las malignas.
El desarrollo de nuevos fármacos anticancerígenos menos agresivos y capaces de aminorar los efectos secundarios de la quimioterapia, como la caída del cabello o la mielosupresión (afección en la médula ósea), es el principal objetivo en el que trabaja un grupo de científicos de la Universidad de Granada, pertenecientes a la Facultad de Farmacia.
El estudio ha hecho posible la creación de moléculas inhibidoras sobre una enzima particular "sobreexpresada" en el 30% de los tumores, entre ellos, cánceres tan malignos como el de páncreas, colon, pulmón u ovarios, entre otros, según explicó el investigador Antonio Espinosa. Los fármacos tradicionales "además de acabar con las células cancerosas, también provocan la destrucción de otras células sanas, generando los temidos efectos secundarios", apuntó Espinosa. Los investigadores buscan otro modelo de productos farmacológicos con los que tratan de interrumpir las señales inducidas por los oncogenes, esto es, estructuras del organismo con capacidad de dañar y hacer cancerosas a las células.
El equipo también trabaja en "el proceso de creación de células sanas a partir de las malignas", afirmó el especialista, que dirige el grupo CTS 130 Investigación y Desarrollo de Fármacos. Así, precisó que la investigación ha permitido revertir el fenotipo de los rabdomiosarcomas, un tipo de cáncer de huesos o músculos que "suele tener una gran incidencia en los niños". Este hallazgo ha permitido recuperar la célula de la musculatura esquelética, indicó Espinosa, que ha dedicado los últimos 20 años al desarrollo de fármacos antitumorales análogos al 5-Fluoruracilo (5-FU), uno de los medicamentos más empleados en la actualidad contra los cánceres de esófago, mama, colon y estómago.
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