Las personas de edad avanzada que asisten a su cónyuge enfermo viven más que otras, informó hoy la universidad de Michigan en un comunicado.
Un estudio hecho por ese centro de estudios, que se publicará en el número de diciembre de la revista Pyschological Science, examinó la evolución de 1.688 parejas de ancianos y concluyó que quienes pasan por lo menos 14 horas por semana cuidando de un cónyuge incapacitado viven más que otras.
"Estas conclusiones sugieren que las personas que brindan cuidado pueden, de hecho, beneficiarse de brindarlo bajo ciertas circunstancias", indicó Stephanie L. Brown, profesora asistente de medicina interna en la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan (UM) y autora principal del artículo sobre el estudio.
Según Brown, otras investigaciones habían documentado anteriormente los efectos negativos para la salud de la labor de cuidado de un familiar, pero estos resultados las desmienten.
Para el análisis Brown y su equipo revisaron siete años de datos del Estudio de Salud y Jubilación que realiza la universidad, con una muestra representativa de ciudadanos estadounidenses con más de 70 años.
En el comienzo del estudio, los miembros de cada pareja señalaron por separado cuánta ayuda recibía de su cónyuge en una larga lista de actividades cotidianas, como vestirse, bañarse, comer, cocinar, hacer uso del dinero y tomar sus medicinas.
La mayoría de ellos, cerca del 81 por ciento, dijeron que no recibían ayuda de sus cónyuges, el nueve por ciento indicó que recibía menos de 14 horas de ayuda por semana, y el diez por ciento restante indicó que recibía 14 o más horas de ayuda cada semana.
En el curso del estudio murieron 909 personas, aproximadamente el 27 por ciento de la muestra.
Tras analizar los datos, los investigadores encontraron que los individuos que daban por lo menos 14 horas semanales de cuidado a sus cónyuges tenían probabilidades significativamente menores de haber muerto durante el período del estudio que aquellos que no habían dado cuidado conyugal.
"No sabemos todavía, exactamente, cómo la motivación y la conducta de quien brinda cuidado pueda influir su salud, pero bien podría ser que la ayuda a otra persona, especialmente una muy querida, alivie algunos de los efectos dañinos del estrés de ver que esa persona sufre", señaló Brown.
La Universidad adelantó que este equipo iniciará ahora una nueva investigación para examinar cómo la conducta altruista y de ayuda, incluido el cuidado de otra persona, puede ayudar a mejorar el bienestar.
El nuevo estudio comenzará en 2009 y se concentrará en los mecanismos neuro-afectivos de la conducta de cuidado.
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