Los genes que aumentan el riesgo de enfermedad cardíaca en la población general implican un riesgo aún mayor de problemas de corazón en los diabéticos, informaron investigadores estadounidenses.
Los resultados ayudarían a identificar mejor qué diabéticos corren riesgo de enfermedad cardíaca y podrían conducir al desarrollo de nuevos tratamientos, señalaron los expertos.
"La enfermedad arterial coronaria es una de las principales causas de muerte en este país y la diabetes es uno de los mayores factores de riesgo para la enfermedad arterial coronaria", dijo en un comunicado el doctor Alessandro Doria, de la Escuela de Medicina de Harvard en Boston.
"Pero no todas las personas con diabetes corren el mismo riesgo", añadió Doria, cuyo estudio fue publicado en Journal of the American Medical Association.
En la población general, las personas que tienen un defecto común en un gen del cromosoma 9p21 corren más riesgo de desarrollar enfermedad arterial coronaria, que puede generar ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares (ACV).
El equipo de Doria estudió si ese gen causante de enfermedad cardíaca jugaría algún papel en la diabetes tipo 2, una enfermedad caracterizada por altos niveles de glucosa en la sangre. En particular, los expertos buscaron una relación en las personas con mal control del azúcar en sangre.
En un estudio, los investigadores observaron a 734 personas con diabetes tipo 2 entre 2001 y 2006, 322 con enfermedad arterial coronaria y 412 sin la dolencia.
En otra investigación, los científicos observaron a 475 personas con diabetes tipo 2 que fueron seguidas entre 1993 y 2004.
En ambos grupos se evaluó la variación genética 9p21 y se midió el manejo del nivel de glucosa a través del indicador denominado hemoglobina A1c.
Los investigadores hallaron que las personas que tenían dos copias de esa variación genética pero un nivel normal de azúcar en sangre presentaban el doble de riesgo de desarrollar enfermedad arterial coronaria, comparado con las personas que no portaban la mutación del gen.
El resultado fue mayor en los diabéticos que tenían dificultades para mantener niveles normales de glucosa. Las personas de ese grupo que además tenían dos copias de esa variación genética corrían cuatro veces más riesgo de desarrollar enfermedad arterial coronaria.
"Se necesitan más estudios, pero los dos factores, el mal control glucémico y la variación genética en el cromosoma 9, parecen retroalimentarse", señaló Doria.
El experto indicó que si bien el control de la glucosa es importante para todos los diabéticos, evaluar esta predisposición genética ayudaría a los médicos a saber qué pacientes corren más riesgo cardíaco y requerirían tratamiento agresivo.
La diabetes tipo 2 está íntimamente relacionada con la obesidad y se está volviendo cada vez más común en todo el mundo.
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