Un implante diminuto permite segregar medicación inmunosupresora en un ojo sólo

Oftalmólogos de la Universidad de Iowa, en Estados Unidos, han desarrollado un pequeño dispositivo que, implantado en el ojo, es capaz de segregar medicación inmunosuperesora en el órgano sin tener que medicar al paciente completo.

La necesidad hace la virtud. Una mujer perdió un ojo en un accidente y después de unos meses empezó a perder la visión de su otro ojo debido a una oftalmia simpatética que consiste en que su propio organismo activa el sistema inmune contra el ojo sano. Si no se trata la afección, la paciente queda ciega, y la terapia habitual es inmunosuperesión sistémica.


Para evitar que el enfermo deba pasar el resto de su vida inmunosuprimido, se ha ideado un pequeño implante que sólo segrega esta medicación en el ojo dejando el resto del cuerpo con el sistema inmune en perfectas condiciones. El dispositivo, denominado Retisert, es un implante que se coloca en el ojo y que durante dos años y medio es capaz de mantenerlo inmunosuprimido. Tras este periodo debe ser sustituido por otro.


“Hasta ahora, el tratamiento primario en las oftalmias simpatéticas no era quirúrgico, sino dosis orales de inmunosuperesión para preservar la visión del ojo sano”, afirma Vinit Mahajan, profesor de Oftalmología y Ciencias Visuales de la Universidad de Iowa. “Este tratamiento permite evitar la terapia inmunosupresora que tiene grandes efectos adversos: osteoporosis, incremento de peso, mayor riesgo de infecciones y daños en los riñones y el hígado.


El Retisert se debe implantar mediante cirugía y contiene un sistema de administración lenta de un esteroide (acetonida de fluocinolona). El trabajo, que se ha publicado en Oftalmology ha mostrado la efectividad de este dispositivo en pacientes con oftalmia simpatética después de haber sido estudiado en cerca de 300 personas.