Los tratamientos biológicos para las enfermedades reumáticas han reducido en "drásticamente" las cirugías en estos pacientes, que hace años tenían que ponerse prótesis en la mitad de los casos, según el doctor José Luis Iglesias, reumatólogo del Hospital de Jerez, que participará mañana sábado en la III Jornada sobre Reumatología organizada en Jerez por la Asociación Jerezana de Espondilitis y Artritis (AJEREA).
"Hace años, más de la mitad de los pacientes se tenían que someter a una operación en algún momento de su vida para ponerse una prótesis. En la actualidad, gracias a las terapias biológicas, esas intervenciones se han reducido drásticamente", destacó el experto.
"Hace 10 años, un enfermo con una patología agresiva podía quedarse en una silla de ruedas en cinco o 10 años, mientras que hoy día, con las terapias biológicas se controla la enfermedad y la progresión radiológica, y son muy pocos los pacientes los que se quedan con afectaciones graves", añadió.
Según el doctor Iglesias, estos fármacos son agentes de origen biológico que actúan sobre factores específicos que intervienen en el proceso inflamatorio, inhibiéndolo. Con su uso se ha conseguido revolucionar el tratamiento de las enfermedades reumáticas.
Las enfermedades reumáticas más frecuentes son la artritis reumatoide y la espondilitis anquilosante. Ambas son patologías inflamatorias, muy dolorosas, que cursan en brotes, y que si no se tratan, pueden resultar incapacitantes. La artritis reumatoide produce una progresiva destrucción y deformación de las articulaciones, mientras que la espondilitis las deja rígidas.
Se estima que la artritis reumatoide afecta al 0,5 por ciento de la población, con más afectados entre las mujeres, mientras que la espondilitis anquilosante aparece en dos de cada 1.000 habitantes, con una mayor incidencia entre los hombres. En Cádiz, más de 60.000 personas padecen alguna enfermedad inflamatoria de carácter crónico, de los que alrededor de 12.000 padecen artritis o espondilitis anquilosante.
En el caso de la artritis reumatoide, aunque puede presentarse desde la niñez hasta la tercera edad, normalmente comienza en los primeros años de la etapa adulta y el punto máximo de inicio se sitúa entre los 30 y los 45 años. La espondilitis anquilosante suele aparecer en personas de entre 20 y 30 años de edad.
MEJOR CONTROL DE LA INFLAMACIÓN
Para este especialista, los nuevos tratamientos han permitido "que cada vez haya un mejor control de la inflamación, con lo que a la vez hay una menor destrucción de la articulación y por ende, menos deformidades que requieren cirugía".
"Aunque es complicado cuantificar exactamente qué porcentaje de pacientes necesitaban entrar en quirófano por esta causa, sí se puede asegurar que hace años más de la mitad de los enfermos en algún momento de su vida tenían que ponerse una prótesis", apuntó.
En la actualidad, los fármacos biológicos se prescriben en segunda línea de tratamiento, una vez se ha visto que la enfermedad no responde a los medicamentos tradicionales. "No obstante, cada vez hay más estudios que apuntan a la conveniencia de recibir esta terapia desde las fases más tempranas para conseguir un mejor control", dijo.
ÚTILES PRA LA PSORIASIS
Estas terapias son también muy eficaces en las patologías inflamatorias cutáneas como la psoriasis, que se presenta en un porcentaje de enfermos reumáticos.
Según el doctor Juan Márquez, dermatólogo del Hospital de Jerez, los que tienen más riesgo de desarrollar psoriasis son los que padecen artritis psoriásica, una patología que puede confundirse con artritis reumatoide o con espondilitis anquilosante. De hecho, uno de cada cinco enfermos con artritis psoriásica desarrolla psoriasis a lo largo de su vida. "En algunos casos, ambas dolencias aparecen a la vez, en otros la precede y otras veces la psoriasis aparece después de la enfermedad reumática", indicó el doctor Márquez.
Estos pacientes deben seguir dos tratamientos independientes prescritos por el reumatólogo y el dermatólogo aunque, en los casos en los que la afectación cutánea es muy grande, se busca un fármaco que sea útil en ambos casos, generalmente de la familia de los biológicos. "Para los pacientes que tienen artritis psoriásica y a la vez psoriasis, estas nuevas terapias les confiere mucha comodidad al simplificarles enormemente el tratamiento", concluyó.
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